#19 – Llegar a la Cima de la Montaña. Dejar de comer el fruto del bien y mal; para “despertar” a tu Realidad Eterna

[181125] – CAMINANDO INDIVIDUALMENTE, Y LABORANDO. – Cada uno de
vosotros camina
por sendero diferente y único; cada uno, viene
haciendo su trabajo y labor.
El sólo caminar hacia esta montaña –la cima de ella– ya de por
sí,
es un trabajo grande y hermoso para tu Dios.
−El mundo entero te invita a sembrar, y saborear lo que
siembras−
−Yo te invito a la verdadera cosecha; a que siembres el
verdadero Manjar−
Caminas solo, en un sendero; y vengo a tu encuentro como tu
amigo, como
tu hermano mayor, como tu consejero. −Porque soy en verdad, el
Testigo de tu Vida:
de tu esfuerzo, de tu lucha, y de tu trabajo.
Deja pues tus herramientas por un instante –tu carne y mente– y
ven hacia la cima
de la Montaña… donde está tu Señor, donde está tu Padre, tu
Dios.
Soy tu amigo, y vengo a invitarte, a la Mesa de mi Padre; al
regocijo Espiritual
donde tu Padre extiende sus brazos amorosos, para una vez más en
Eternidad,
estar contigo por siempre. ¡Vengo por ti, para que estés conmigo
por siempre!
Y vengo a tu labor; porque Yo soy la Verdad, de tu Vida misma.
Yo soy la Luz, de tu Vida misma. Y Yo soy, tu Vida Verdadera.
EL HOY. - Cada día, cada instante de tu vida, es un amanecer
único y diferente
–no hay otro igual− Aprende a vivirlo, así.
El instante de tu nacimiento; el instante de tu partida.
Vienes con todas las ilusiones Espirituales; con todas las
herramientas necesarias
para comenzar un día. Y terminas al final de ese día –de esa
vida– muchos de vosotros,
con sus manos llenas… muchos con sus manos vacías.
Muchos vienes llenos de espinas y abrojos. Muchos llenos de
verdaderas alhajas
−que es todo aquello que sembraste en tu vida: aquello que
hiciste, aquello a qué prestaste
atención. Aquello que amaste,
aquello que en verdad… manifestaste [1] .
Estás en medio de tu vida; no sabes cuándo será la noche
¡No sabes cuándo llegará el fin, de este día! −Yo te invito a
laborar; a ser en verdad,
una siembra nueva y hermosa. Te invito a realizarte, a ti mismo.
Llegaste con sólo los instrumentos necesarios; y vas adquiriendo
nuevos instrumentos.
Los instrumentos que Yo te entrego a lo largo de tu camino
… son los que te habrán de servir en ese instante, y momento
único.

MUNDO FINITO. - He venido a enseñante cosas que tu carne no
sabe; que tu Alma no
recuerda −porque al entrar a este mundo del
bien y del mal, el olvido
( siendo parte de este mundo ) te hace alejarte, de tu Dios.
Al ser bien y mal, es un mundo efímero −como te lo he dicho− no
es permanente.
Todo este universo que tu contemplas, tarde o temprano habrá de
desaparecer,
y solamente quedará lo que es Espíritu
–solamente aquello que se construye, aquello que es Eterno.
Yo te vengo a invitar de nueva cuenta a tu casa [2] ; vengo a
recordarte que eres Eterno,
y que no eres de este mundo; y mucho menos, de la oscuridad.
LA MUERTE ES EL OLVIDO. - Al formarse el bien y el mal, se forma
“la muerte”.
El olvido de Dios –de nuestra parte [3] – es la muerte. −Pero ¿Por qué
se forma ella?
Como todo esto, no es eterno… entonces, tiene un fin.
Ese fin, es esa muerte –como tú le llamas.

Es ese olvido de Dios; es ese desaparecerde la
Verdad,y de la realidad Eterna [4].
Al entrar en este mundo, tú te olvidas de todo aquello que tú
eras
... entras en un parcial olvido; porque estás en bien y en mal.
Y cuando entras en oscuridad, estás en un olvido total.
Luego entonces, esta carne que tú conoces, y que tú vives, cada
momento
… sabes que No es Eterna. Porque lo has visto, con todas
aquellas personas
que han quedado atrás de ti: tus familiares y todos aquellos
que han quedado convertidos, en polvo, en tierra… en olvido.
Pasan las generaciones… y se van olvidando ¡porque este mundo,
así es!
Este mundo está envuelto en olvido. −Tu carne misma es un
parcial olvido,
donde solo mi Padre te recuerda.
Entonces, estás en este mundo, donde tú decides tomar el olvido;
o tomar tu presencia Eterna en mi Padre [5] . —¿Cuántos de
vosotros, desean ser Eternos?
Pues la Eternidad ya está en ti;
vienes de una vida, y de otra y de otra.
Eres Eterno –tu Alma, tu Espíritu, lo son. Pero tu carne no,
porque es de este Sistema de cosas, del bien y de mal.
Tu lucha y tu trabajo es permanecer siempre en la presencia de
tu Padre
¿Y cómo hacerlo? te preguntas. −Entre tanto permanezcas y
manifiestes Luz…
entre tanto, que estás delante de tu Señor.
Y al momento de partir [6] –sí tú estás en esa presencia–
entrarás eternamente
en la presencia del Padre. Volverás a tu patria; serás Uno solo
en Él.
ENSEÑANZAS. - Date cuenta que todo aquello que vengo a decirte,
y a enseñarte…
se une −entrelaza, una cosa, con otra. −Muchas cosas parecerán
lo mismo;
pero son en verdad, diferentes caminos; como diferente, es el
camino tuyo.
Puedes decir: “Padre Santísimo, ya escuché esas palabras”. Y Yo
te puede decir:
“¿Y… ya las has hecho?”. Y también te puedo decir: “Bendito seas
de mi Padre…
que lo haces; pero tu hermano que está a tu lado, necesita de
estas herramientas
para poder seguir adelante… porque él no las tiene.
Mas en cambio para ti –aunque te parezca increíble, carne y
mente bendita–
son herramientas nuevas, que renuevan las viejas que tienes”.
Cada uno de vosotros es diferente; y tu lugar de transito
también lo es.
Las piedras que hay al paso, no son las mismas que las que tiene
tu hermano
y semejante; los arbustos y las alimañas que hay ahí, no son las
mismas
que tiene tu hermano y semejante. —Por lo tanto, en verdad …
¡Aprende!
Sábete que tu Alma me escucha; y tu Alma trabaja, y labora.
Mas tu carne –muchas veces adormecida por el olvido, adormecida
por este mundo
que le engaña– No sabe distinguir, la verdad de las cosas.
Si tú piensas, que la herramienta nueva que te entrego, ya no te
sirve; déjala;
es tu libre albedrío. Pero a otro de tus hermanos le servirá… en
el justo momento;
porque no hay otro instante, que se repita, nunca más.
El saber Vivir: en tu tiempo, en tu momento, en tu instante
… en tu Dios ¡Es saber Vivir, tu Vida Verdadera!


Cada uno de vosotros piensa que todo aquello que se contó de tus
antepasados, es
como tu carne lo imaginó, o lo piensa. No sabes que muchas de
las enseñanzas
de tus antepasados, son solamente GRANDES PARÁBOLAS
−para explicarte la existencia: tu realidad, tu mortalidad, tu
Divinidad.
La Luz, la Verdad, son tan fuertes, potentes y poderosas; que
este mundo endeble,
lleno de adversidad, no puede comprender la Verdad pura. −Por
eso,
muchas veces se te habla en Parábolas; porque solamente así tu
carne y mente,
se pueden hacer a un lado, para que “entre la Verdad” −y
despierte tu Verdad Eterna.
Muchas veces aquellos grandes relatos, solo unifican en tu único
camino [7] :
la presencia, el conocimiento, y el despertar de tu Ser
Eterno.
Porque Único en tu camino, Único en ti… es tú evolución.
Tu Maestro viene Unificando a cada uno; hasta que llegues a la
Cima de la Montaña,
y puedas trascender ese lindero imposible para muchos
… y entrar, a la cúspide de la Montaña.
El hacer eso es… abandonar todo lo que tú crees saber;
es abandonar todo tu Ser −y comenzar a “Ser”, lo que Eres
Eternamente.

SEGUIR COMIENDO, EL FRUTO DEL CONOCIMIENTO. - Pequeños ¿Acaso
crees en verdad,
que el fruto del conocimiento del bien y del
mal, ya lo dejaste de comer?
¿Crees que fue un fruto, que solamente comiste una vez?
−Aquel Adán, y aquella Eva… Eres Tú Mismo, humanidad bendita.
Pero, lo que no sabes… es que ¡No has dejado, de comer ese
fruto!
Un fruto que envenena, que enajena, que engaña, que pervierte.
¡Un fruto, que te lleva al olvido de Dios! Y, que es muerte.
Ese fruto lo sigues comiendo −cada instante, que tú estás aquí.
Tú le comes, cuando te envuelve la furia, el odio, el rencor.
Tú le comes, cuando hay aquellas exageraciones, aquellos vicios,
aquellas miserias,
aquel desánimo, aquella lujuria, aquella torpeza.
Cuando hay todo ello ¡Tú, estás comiendo del fruto del bien y
del mal!
¡No lo has dejado, de hacer! −Enajenado; enviciado por la
lujuria, el sexo, la droga, el vicio,
la muerte, la guerra, la destrucción; el odiarse, el calumniarse
y el sostener aquello… que te hace separarte de Dios−
¡Tú, estás comiendo de ese fruto del bien y de mal! … eso, es lo
que tú no sabes.
Muchos de tus hermanos que tu llamas, Santos y Santas; lo que
hicieron,
fue darse cuenta de esto −y dejar el fruto a un lado.
Porque mientras estés comiendo de ese fruto… estás en poder del
engaño
−los que están en guerra, en destrucción… están comiendo de él.
Es un fruto que enajena, que pervierte, que enloquece;
es un vicio de muerte, de destrucción.

También lo que tú no sabes… es que ESE ÁRBOL ESTÁ EN EL ÚLTIMO
LINDERO
DONDE ESTÁ EL CAMINO, A LA CÚSPIDE DE LA MONTAÑA; Y EL CAMINO
DONDE INICIA LA BAJADA DE ELLA [8] . Te
invito a que no le
comas, ni aprecies más ese fruto.
Es decir: ya no hagas el mal; no le tengas aprecio a la
oscuridad.
Aunque, como vas de abajo hacia arriba [9] –de regreso hacia la
cúspide de la Montaña–
habrás de sufrir, lo que hay en el
camino. Porque, aunque tú no lo sepas,
todo aquello que bajaste… todo ello, tendrás de subir.
Yo te he dicho: “Sí aún no estás satisfecho de este mundo;
ve y satisfácete, llénate del mundo.
Mas te advierte tu Maestro: “habrás de comer de los frutos, que
tú mismo siembres;
habrás de cosechar, lo que sembraste; habrás de sufrir aquello,
que hiciste.
Es el regreso hacia el hogar; es dejar de comer ese fruto.
¿Qué pasaría si tú dejases de comerlo? −En ese instante…
comenzarías a darte cuenta
de tu “realidad Eterna”; comenzarías a darte cuenta de
que ese vicio, ese mareo,
esa embriagues… es ficticia. −Era un engaño, era mentira… era
muerte.
Pero ¿Por qué ese árbol está ahí, en el lindero?
Porque la cúspide podría representar el bien; y la bajada el
mal.
Ese árbol marca tu caída; y tu permanencia en Dios
–el olvido de mi Padre; y la permanencia Eterna en Él.
Cuantas cosas te habrá dicho la oscuridad para engañarte; cuanto
te habrá mentido,
para hacerte caer, hacia los abismos más profundos. −Mas hoy
viene tu Maestro a decirte:
“No eres oscuridad. Que no te engañen haciéndote creer, que eres
el último de la creación;
que no te engañen con sus guerras, con
sus rencores;
y con todo este universo, que en verdad, todo es tierra y polvo.
Eres un Ser Único en la creación, te lo he dicho muchas veces;
pero no vale que te lo diga
tantas veces; vale que tú en verdad,
lo aceptes.
Tienes el libre albedrío, un don tan hermoso como la Libertad
misma;
el poder de escoger lo que tú quieres. Pero no de lo que es
engaño
–escoge lo que es bueno, lo que en verdad, te da Vida Eterna.

MENSAJES. - Cuantas cosas te he querido enseñar, a través de los
tiempos y de las edades;
pero tú, te cierras en esos libros
¡Cuando en verdad tienes tus ojos Espirituales abiertos!
Mas, es lo primero que te cierra la oscuridad; y lo que tu carne
y mente desecha,
¡Porque no cree, que exista algo más allá de ella!
Tuvieron que pasar tantos años para que, Hoy por Hoy, pudieras
escuchar estas enseñanzas.
Aunque en algunos he derramado el
conocimiento, no lo han aceptado;
porque han creído que es fantasía, como la oscuridad les ha
dicho.
Recuerden que para que aquella gran oscuridad al caer no pudiera
causar tanto daño hacia
vosotros, mi Padre le quitó el
conocimiento de lo que es la Luz.
Entonces, aquel ángel al caer [10] , fue maldecido por mi Padre; y
en consecuencia, para él,
la Luz fuera locura. Pues ese fruto del conocimiento que está en
el lindero de tu Eternidad,
y de tu perdición, también te trae la locura −sí vuelves tus
ojos hacia el bien y el mal.
Y entre más oscuridad tengas, más locura es la Luz
−porque más te apropias de aquella maldición de la oscuridad.
Por todo esto que te he dicho, la oscuridad te hace ver como
enemigos…
cuando no lo sois; te hacer ver como ajenos, cuando no lo eres.
Te hace ver como que aquel va abajo, y tú arriba; y que eres más
grande.
Cuando puede ser, que el que viene atrás de ti, llegue primero,
que tú.
No hay distinción de caminos; todos son iguales a los ojos de tu
Dios,
ya que todos pueden llegar a la cima de la Montaña.
Y sí alguien que viene abajo, en un instante decide dejar de
comer del fruto del bien y mal;
en ese instante, ha llegado a la
cumbre de la montaña.
Pues bien, ese paso de ese árbol, del fruto de conocimiento de
bien y del mal…
es el SÉPTIMO SELLO de tu Señor. Es dejar el fruto; es dar tú
paso, hacia la Eternidad.
Es dejar tus viejas creencias, tus viejos moldes; es dejar tu
carne y tu mente.
Y no es que en verdad, muera tu carne y mente. ¡No! es que tú te
des cuenta,
que tu Ser Verdadero y Eterno… es tu Alma y tu Espíritu.
Esa es tu Verdad Eterna; ese es el pastor. −La carne y mente son
solo un instrumento,
que te he dado mi Padre, para poder seguir existiendo.
Muchas veces te he dicho: “has venido a manifestarte; a entregar
el mensaje
de que mi Padre es Amor”. −Para ello, primero tienes que
despertar ;
dejar de comer ese fruto con desesperación… y empezar a darte
cuenta, de que ese fruto
te está envenenando; te está reteniendo en oscuridad,
en muerte, en miseria, en olvido de Dios.
Cuando comienzas a dejar de comer ese fruto, empiezas a
manifestarte como hijo de Dios.
−Todos aquellos que
despiertan , se vuelven Uno solo conmigo−
PODERES DEL PADRE –EL AMOR. - Yo soy el Camino, la Luz, la
Verdad y la Vida; y nadie
llega a mi Padre, sino es a través de mí; porque Yo represento
el Amor de Dios.
Muchos han dicho en los tiempos y en las edades: “hay otros
poderes de Dios”.
Si, como lo ve tu carne y tu mente. −Pero Yo te digo, que el
único camino es la Verdad,
y la Luz. −Sí te ampararas bajo el poder de Justicia de mi
Padre, no podrías llegar a Él.
¿Por qué, quién en La Tierra, puede ser justo, perfecto? Nadie.
Sí es bajo el poder de Sabiduría; no podrías llegar a mi Padre.
La Sabiduría Divina
es grande y hermosa; la de La Tierra, es polvo, y nada más.
Pero en la Perfección Absoluta, el Amor, es el que impera.
El Amor puro no necesita sabiduría, ni conocimiento; no necesita
de nada.
Tú no necesitas sabiduría o conocimiento; o riqueza o abundancia
para amar a tu hijo,
a tu padre, a tu hermano y semejante, a tu amigo.
Cuando encuentras a una persona que amas, ese Amor no tiene
precio.
¡Date cuenta del valor tan grande que se te entrega: el Amor
Divino!
Es la perfección misma de tu Dios. Y esa perfección te hace
Eterno también.
Habrás de reflexionar poco a poco, y entender mis palabras.
Habrás de caminar por senderos diferentes; pero mi palabra es
única, para cada uno
de vosotros. −La entrega es única, para cada uno, porque te amo
con ese Amor perfecto;
como mi hijo, como mi hermano, como mi
amigo.
Y que en su entrega, no necesita de libros; ni de tu perfección;
ni que seas esto, o aquello.
Yo te amo, por lo que Tú Eres en verdad. No por lo que has hecho
material,
o mentalmente; sino por lo que Eres dentro de ti.
Muchos dices: “Soy imperfecto, pero así soy; esto soy, y así me
tiene que querer el mundo”.
Y te envuelves en una cáscara de
bien y de mal; y quieres que todos te acepten, como eres.
Te
tomarán en cuenta, porque ven tu Espiritualidad y tu Luz; pero no
por ello aceptes,
y te quedes, con esa cáscara de oscuridad. Tienes el poder, y el
deber,
de quitar aquello imperfecto que hay en ti; y de Ser cada día
mejor.
Tienes el deber de manifestar la Luz, porque Tú Eres la Luz.
Tienes el poder, y la decisión de dejar ese fruto; de dejar de
saborear esa amargura,
que te enajena, que te envicia. −Tienes el poder de hacer a un
lado ese fruto,
y darte cuenta… que eso, no eres tú. Que has caído en un
universo de bien y de mal –creado
por tu Padre, para que tú
siguieras existiendo [11] .
Pero es efímero y pasajero; tiene su tiempo y su momento. Te lo
he dicho:
“Esto no lo saben, ni los ángeles − ¿Cuándo será el final, de
todo esto?”
Pero tu materia lo entiende a su forma y manera, muy propia del
engaño,
de la mentira; muy propia de la oscuridad.

Aprende a ver y entender las cosas, con tu Ser Verdadero, con
tu realidad Eterna .
Te he dado hoy tres grandes formas de cambiar [12] , a cada uno de
vosotros.
Y en este instante, este conocimiento se te entrega como una
semilla,
para que la multipliques. Es decir: que la siembres, la
cultives, y la hagas parte de ti mismo
–para que el día de mañana, la puedas entregar a tus hermanos y
semejantes.
El Amor infinito de un Padre está contigo. Mas es necesaria tu
labor y tu entrega;
tu Luz en este mundo. Y puedes decir: “De que sirve que yo
manifieste bondad,
sí soy nada en el universo, en la creación”. Y te digo: “eso han
pensado todos tus hermanos;
por eso la oscuridad se levanta
orgullosa de sí misma, diciendo que ella es la grandeza
y poder”. −Y tú, cada día en esa miseria, en esa pobreza
Espiritual;
en esos dolores y amarguras; cada día en ese sufrimiento.
Sigues cruzado de brazos y no haces tu TRABAJO Y LABOR.
Una pequeña hormiga, no puede hacer mucho; pero un ejército de
ellas
puede acabar con un bosque entero. Una gota de agua, no puede
hacer mucho;
pero un torrencial inmenso, puede acabar con todo.
Sí tú comienzas a verte en una forma individual; vete así… pero,
en mi Padre;
y manifiéstate como si fueses Él. Porque Él está en ti, y tú
estás en Él.
Ya no vivas esa Unidad, que vives en ti mismo –con tu carne y
mente.
Vive tu Unidad en mi Padre; y participa de esta gran escuela…
que se vuelve así,
cuando tú así lo decides. −Porque a través de tu carne y mente,
enseñas a tus semejantes;
les cambias, les orientas. ¡Estás
haciendo lo que debes de hacer, en este haz de La Tierra!
En verdad y de cierto, el necio es necio, por la misma
oscuridad.
Aquel que no comprende, y no entiende, es porque está comiendo
de ese fruto.
Es que piensas humanidad bendita ¿que ya lo has dejado de comer?
No es así. Cuando tú apartas todo lo del mundo… comienzas a
experimentar
el Amor de tu Padre –en ese instante detienes el mordisco a esa
fruta [13] .
Y tu mente empieza a detenerse de su caos, su locura, su
enajenación; y trata de reaccionar.
Es necesario que no le comas, para que puedas hacerlo a un lado
–con la atracción tan fuerte y poderosa que ejerce… como lo que
más te placería,
materialmente a ti. −El dejarlo, es un esfuerzo
grande;
pero con el poder de esa Montaña, lo logras, y dejas a un lado…
[14]
Entonces… sales de debajo de esas ramas, de ese árbol; y
empiezas a darte cuenta
¡Que el Jardín de tu Padre está ahí! Que los frutos del Amor, de
la bondad, de la amistad,
de la riqueza, de la abundancia… están ahí afuera.
Que has estado debajo de esas ramas de ese árbol…
¡escondido, comiendo de ese fruto que te embriaga!
Cuando tú ya no le haces caso, entonces comienzas a comer de los
frutos verdaderos
… de tu Dios; del manjar que mi Padre te ha dado, para que seas
Eterno.
Puedes tomar de todos esos frutos, y ¡manifestarlos en La
Tierra!
Te invito a comer de ellos, y dejar de envenenarte de éste.
Tu carne y mente son parte de ello, porque estás allá abajo en
la montaña.
Es tu decisión, seguir comiendo de ese fruto; o comer de los
frutos
de este Jardín de mi Padre. Y entonces: siembra esa semilla;
cultívala, hazla tuya,
multiplícala en ti… y repártela a tus
hermanos y semejantes.

RENACER A LA VIDA ETERNA. - Recuerda que el tiempo, solamente es
un momento.
Vendrá el día, en que llegue el final de ese día; pero tu Alma
estará resplandeciendo en Luz
–tu cuerpo imperfecto, siempre será– y en ese instante de
abandonar ese cuerpo…
en ese instante… Tú renaces a la Vida Eterna.
Es difícil, muchas veces el entender este concepto, pero lo
harás.
Caminarás y llegarás ante mí, ante mi Padre. Yo seré tu testigo
fiel
–el que siempre te acompañó en el principio de tu día, y al
final de tu día.
El que te acompañó mientras sufriste y lloraste…abajo de la
montaña,
durante tu trayecto, y el final de este.
Habrás de darte cuenta que al pasar ese árbol… todo se vuelve
Luz…
porque ahí adelante, estará el Jardín verdadero de tu Dios; el
altar de tu Padre;
tu Verdad Eterna; la esperanza y todo el Amor que te tengo a ti.
—Esa es mi promesa, y mi cumplimiento—
Yo sufro, lo que tú sufres. Yo camino, lo que tú caminas.
Pero Yo soy la Luz, la Verdad y la Vida.
Habrás de padecer lo de tu cuerpo y mente; y lo de todo este
mundo
−que envuelto está en tinieblas− porque tú no haces tu trabajo.
Yo he venido a hacer el mío; ahora falta el tuyo.
Yo soy el Mar que te da la Luz; ahora sé tú el manantial que
entrega
a sus hermanos y semejantes. Y todo ello, como un pequeño que
comienza poniendo
un granito de arena; y termina construyendo un gran castillo.
Como una gota de agua que cae del cielo, pero en un torrencial
que se convierte en Mares de Luz.
Haz tu trabajo y tu labor, sin preguntar, sin cuestionar; porque
el que te hace preguntar
y cuestionar… es el fruto del bien y del mal.
Os he dicho que os ayudes, y sostengas, los unos a los otros.
Que hagas fuerte al débil.
Lo hagas fuerte y poderoso −para que todos juntos …
levanten la gran obra de mi Padre.
[1] Al final de nuestros días, podemos llegar al Padre con bellos obsequios; sin nada para ofrecerle; o cargados de espinas y abrojos. Dependiendo de la vida que hayamos vivido, y de lo que hayamos manifestado en ella (Volver al texto.)
[2] Al hogar celestial; nuestro verdadero hogar (Volver al texto.)
[3] Somos los humanos, los que le hemos olvidado a Él (Volver al texto.)
[4] Nuestra “Verdad” y “Realidad Eterna”, es el ámbito donde fuimos creados, y crecimos: el ámbito Espiritual; y no esta realidad terrenal de bien y de mal. Y esto ocurre cuando olvidamos a nuestro Padre y Creador (Volver al texto.)
[5] Recordando que Él es tu Padre, que tú eres su hijo. Viviendo el Hoy, agradeciendo por todo, perdonando, etcétera -claro, sin ser perfectos, pues la perfección en el mundo del bien y del mal, no existe (Volver al texto.)
[6] Fallecer (Volver al texto.)
[7] El camino de cada uno es único; porque cada Uno es Único en la Creación (Volver al texto.)
[8] Ese árbol está en el “lindero” de la vida, de cada uno. Puede decirse: entre el “lindero de la existencia terrenal, y la Divina”. Marca el principio de la caída (cuando por decisión propia -estando en el Paraíso– comimos del fruto del conocimiento que el Padre, nos pidió no comer); y el principio del regreso consciente, al hogar celestial. El “retirarnos de este árbol, y dejar de comer de sus frutos”, también por decisión propia; nos permite finalmente, tomar el camino que nos llevará a la cima. El Maestro nos ha dicho, que muchos solo damos vuelta a la montaña, y que no hemos alcanzado la cima −porque no nos hemos “desprendido” de todo lo material, sentimental; e insistimos en llevarlo con nosotros −eso que es del mundo (Volver al texto.)
[9] Cuando comimos del fruto del conocimiento, en uso de nuestro libre albedrio; fuimos “retirados” de ese lugar de Luz, que había sido nuestro hogar celestial; y comenzamos nuestro existir, en el mundo del bien y del mal. Ahora estamos en el camino de regreso a casa, subiendo por esa montaña, dirigiéndonos a la cima. Y para lograrlo, el Maestro nos explica porque no lo hemos conseguido aún –en estas, sus lecciones (Volver al texto.)
[10] Cuando el ángel caído, fue expulsado del Paraíso (Volver al texto.)
[11] Vemos necesario introducir algunos versículos de las lecciones del Tercer Testamento, para mejor entender la Creación Material del Señor. −El primer número, es la lección; el segundo, es el versículo: (150:82) Primero existió la vida Espiritual, primero fueron los Espíritus y después la naturaleza material… (150:83 y 36:53) Como estaba dispuesto que muchas criaturas Espirituales habrían de tomar forma corpórea, para habitar en mundos materiales, todo fue previamente preparado, a fin de que los hijos del Señor encontrasen todo dispuesto. Formó al mundo a imagen del paraíso celestial, sembrándolo de maravillas y complacencias, pensando hasta en lo más pequeño, e insignificante… para haceros felices. (150:88, 265:84a & 36:53) El Padre, a semejanza del sembrador, tomó los elementos de Vida que en Él había, como si fuesen tierra −y allí depositó la semilla de Vida que procede de su Amor− para esperar el instante, de recoger un fruto tan perfecto… como fue la semilla, y como fue la inspiración. Toda esta Naturaleza que contempláis, y todo cuanto aún no conocéis de mis obras, no son sino la materialización, de los pensamientos de vuestro Creador. Sin embargo, dentro de un mundo formado así −para el bienestar y el adelanto; para el deleite y la elevación Espiritual de la Humanidad− los hombres sufren, lloran, se desesperan… y se pierden (Volver al texto.)
[12] A nuestro entender ellas son: 1) Invitación a sembrar; laborar para cosechar y por ende, entregar a nuestros hermanos y semejantes −realizarnos. 2) Dejar de comer el fruto del bien y mal (dejar de hacer el mal). Al dejar de comerlo, comenzaremos a despertar a la Vida Eterna, y sentiremos la beatitud de los reinos de Luz, junto nuestro (lleva su tiempo). 3) No creer mas en el engaño de la oscuridad, y mantenernos alejados de ella −para conservar nuestros canales abiertos, a la Luz. —Para la interpretación de estas 3 formas… hay que “sentir” con el corazón, para “ver” el mensaje especial y único, para cada uno de nosotros (Volver al texto.)
[13] No significa dejar de alimentar al cuerpo, por ejemplo. Significa darle más importancia a las cuestiones Espirituales, que a las materiales. En la actualidad, la mayoría pone en primer término las materiales, las del mundo. En nuestro corazón deben de ser siempre, las concernientes a Dios, las más importantes (Volver al texto.)
[14] En las decisiones, y en nuestras luchas, sentimos estamos solos. Pero el Maestro nos ha dicho, que es solo una percepción –debido a que estamos ejerciendo nuestro libre albedrío. Mas Él, y sus huestes de Luz están con nosotros. En este caso, ayudados del poder del Espíritu de la Montaña, lograremos el objetivo (Volver al texto.)